11 abr 2011

Felicidad efimera

Pasaban ya de las seis de la tarde, el calor y la melancolia gritaban en las paredes, esa inquietud propia de quien ha estado demasiado tiempo con su mente.

Todo indicaba estar mal, un mal momento, ese holograma mental de una dama inmortalizada en pensamientos, me sumergi en un sueño estremecedor donde todo era tan real; era como una realidad aparte de la mia muy probablemente creada por mi subconsiente, tan solo era un torpe momento muy vano pero llenaba todo lo que faltaba en mi interior, sin embargo termino reflejando mi realidad...



Estaba sentado, justo en un lugar cambiante donde se percibian los escenarios de mi diaria actuacion llamada vida; pero no estaba solo, habia una musa justo a mi lado, la miraba directo a los ojos, era cambiante, justo como el lugar en el que me encontraba, la persona represrentaba mujeres que me deslumbraban con su belleza dia con dia, aquellas que tenian algo, aquellas que iba aprendiendo a amar en silencio y que al parecer yo no tenia nada que ofrecerles.

Sentia el nerviosismo al estar frente a ellas, ese sentimiento que te invade en diferentes partes de tu cuerpo, alentando todo, grabando cada momento.


Entonces les hable. Les encamine los versos mas serenos y temerosos, les miraba justo a los ojos, y cada vez que inhalaba llegaba otro perfume delicioso, tan dulce, tan gentil, tan ellas.

Todo era en vano, desaparecian, se transformaban en otro rostro conocido, se iban evaporando frente a mis ojos. No me pude contener, al menos en un sueño debia poder estar con alguien, arroje mi cuerpo y mi alma hacia la musa la sujete fuerte como si fuera a asfixiarla; fue entonces cuando se deshizo toda figura conocida, como granos de arena entre mis dedos, como aire deslizandose en mi cabello como agua escurriendo por mi piel; grite con todas mis fuerzas: "¿Quien eres!, quien de todas sera la correcta para mi?... ¿como te llamas?", mis lagrimas brotaron sin que yo me diera cuenta y desaparecio toda señal de otra entidad aparte de mi.

Mis brazos se quedaron vacios me quede ahi abrazando a la nada, baje la mirada al suelo y el aire me susurro al oido... mi nombre es ... soledad.