16 nov 2010

Historia sincera de un presente: Un día de entrenamiento.

Transcurria la pelea, tenia mis puños cerca de mi cara como ya lo habia aprendido, intentaba predecir sus movimientos, engañosos y veloces, de pronto observe un desliz en su guardia, era mi oportunidad, me abalance con mi puño derecho, era casi perfecto... casi.
De un segundo a otro mi puño solo toco viento, y una violenta sacudida recorrio mi cuerpo, provenia de mi mejilla derecha, donde me impacto un puño que jure era de roca, era el ultimo golpe de la pelea y lo habia recibido yo, dejando porcion de mi labio y mejilla interior abierta y sangrando.
Recoji el poco orgullo que quedaba y trague el nudo de impotencia e ira que tenia la garganta, mas de un año de entrenamiento y no habia una pelea con el en la que no hubiera sangrado, me esforzaba mas y mas, era mas duro, mas rapido, mas fuerte y mejor. Sin embargo no era suficiente, nunca lo era.
Solo algo es seguro, el sol me quemara mas, los dias por venir seran mas duros, las metas seran mas altas, y al seguir en este camino derramare mas sangre, sudor y lagrimas, ese es el precio por pagar... pero no me dejare derrotar.

"Si tus metas no son inalcanzables, casi imposibles, quiza te falte sentir la derrota."

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